Un hat-trick del noruego convirtió el duelo del City frente al Wolverhampton Wanderers en un mero trámite.
La carrera por la Premier League se ha convertido en un mano a mano entre el Arsenal y el Manchester City. Un toma y daca constante. El equipo de Arteta tiró en el primer partido de la jornada, imponiéndose al Bournemouth. Y el City no aflojó cuando cerró el sábado midiéndose al Wolverhampton Wanderers. ¿Presión? ¿Qué presión? Fue un baile, con Haaland como protagonista. El noruego marcó tres goles en la primera mitad. Y otro en la segunda. Los lobos, uno de los tres únicos equipos que ha ganado un partido a los mancunianos este curso, mostraron poca mordiente en el Etihad. Un conjunto plagado de bajas, incluida la ausencia de su entrenador.
Aunque suene extraño, el favorito a salir campeón es el segundo clasificado. El City busca su cuarta liga consecutiva, algo inédito en Inglaterra. El que sería su quinto éxito en seis años. Su dominio durante la última década es incuestionable. Gracias, en parte, a jugadores como David Silva. El canario recibió la ovación de la que fue su casa durante los momentos previos al choque. La actual plantilla citizen no tiene intención de levantar el pie del acelerador. Un punto les separa del Arsenal, con los gunners habiendo jugado una jornada más.
Empezaron el partido del sábado sometiendo a los Wolves. Con hasta diez hombres en campo contrario. A los nueve minutos, Aït-Nouri se llevó por delante a Gvardiol cuando uno trataba de despejar y el otro de rematar un centro de Bernardo. Haaland no desaprovechó la oportunidad de abrir el marcador. La ofensiva siguió durante unos minutos, hasta que los visitantes acertaron a controlar el esférico, a moverlo con mayor soltura.
No sirvió para
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